sábado, 8 de agosto de 2009

Cristo, reconocido por un niño no nacido


¿Qué sentido tendría hablar de la dignidad del hombre, de sus derechos fundamentales, si no se protege a un inocente, o se llega incluso a facilitar los medios o servicios, privados o públicos, para destruir vidas humanas indefensas?

¡Queridos esposos! Cristo os ha confiado a su Espíritu para que no olvidéis sus palabras. En este sentido sus palabras son muy serias: “¡Ay de aquel que escandaliza a uno de estos pequeñuelos! ... sus ángeles en el cielo contemplan siempre el rostro del Padre”.

El quiso ser reconocido, por primera vez, por un niño que vivía aún en el vientre de su madre, un niño que se alegró y saltó de gozo ante su presencia”.

HOMILÍA DE JUAN PABLO II en Madrid, el 2 de noviembre de 1982, en la celebración de la Misa para las familias durante su viaje apostólico a España.



Tomado del blog "eligelavida"