viernes, 25 de febrero de 2011

¡Gratis lo recibisteis, dadlo gratis!


“Gratis lo recibisteis; dadlo gratis”. Que estas palabras del Evangelio resuenen en el corazón de toda comunidad cristiana en la peregrinación penitencial hacia la Pascua.

Que la Cuaresma, llamando la atención sobre el misterio de la muerte y resurrección del Dios, lleve a todo cristiano a asombrarse profundamente ante la grandeza de semejante don.

¡Sí! Gratis hemos recibido. ¿Acaso no está toda nuestra existencia marcada por la benevolencia de Dios? Es un don el florecer de la vida y su prodigioso desarrollo. Precisamente por ser un don, la existencia no puede ser considerada una posesión o una propiedad privada, por más que las posibilidades que hoy tenemos de mejorar la calidad de vida podrían hacernos pensar que el hombre es su “dueño”. Efectivamente, las conquistas de la medicina y la biotecnología pueden en ocasione inducir al hombre a creerse creador de sí mismo y a caer en la tentación de manipular “el árbol de la vida” (Gn 3, 24).

sábado, 19 de febrero de 2011

La historia humana no es un laberinto absurdo


Unos días empujan a otros, las semanas se suceden con ritmo imparable, un mes sustituye a otro casi imperceptiblemente, y nos encontramos en la mano un nuevo calendario.

Nuestra vida se consume; nuestros años se van... Y ¿dónde? ¿Dónde va a parar este tiempo, que arrastra inexorablemente a la historia humana y la existencia personal de cada uno?

(...) La historia humana no es un laberinto absurdo y nuestra vida no va a parar a la muerte y a la nada. Jesús, con su divina e inefable Palabra, nos dice que Dios ha creado al hombre por amor y que espera de él, durante la existencia terrena, una respuesta de amor, para hacerlo partícipe después, más allá del tiempo, de su Amor eterno.

domingo, 13 de febrero de 2011

«SPE SALVI facti sumus»


«SPE SALVI facti sumus» – en esperanza fuimos salvados, dice san Pablo a los Romanos y también a nosotros (Rm 8,24).

Según la fe cristiana, la «redención», la salvación, no es simplemente un dato de hecho. Se nos ofrece la salvación en el sentido de que se nos ha dado la esperanza, una esperanza fiable, gracias a la cual podemos afrontar nuestro presente: el presente, aunque sea un presente fatigoso, se puede vivir y aceptar si lleva hacia una meta, si podemos estar seguros de esta meta y si esta meta es tan grande que justifique el esfuerzo del camino.

viernes, 4 de febrero de 2011

¡Derribad las barreras del miedo!


¡Derribad las barreras de la superficialidad y del miedo! Conversad con Jesús en la oración y en la escucha de su palabra. Gustad la alegría de la reconciliación en el sacramento de la penitencia. Recibid su Cuerpo y su Sangre en la Eucaristía, para acogerlo y servirlo después en vuestros hermanos. No cedáis a los atractivos y a los fáciles espejismos del mundo, que muy a menudo se transforman en trágicas desilusiones.

Ya sabéis que en los momentos difíciles, en los momentos de la prueba, se mide la calidad de las opciones. No existen atajos hacia la felicidad y la luz. Sólo de Jesús se pueden recibir respuestas que no engañan ni defraudan.