Por esta peregrinación a Belén los Reyes Magos han venido a ser el principio y el símbolo de todos los que mediante la fe llegan a Jesús, el Niño envuelto en pañales y colocado en un pesebre, el Salvador clavado en la cruz.
Aquel que, crucificado bajo Poncio Pilato, bajado de la cruz y sepultado en una tumba junto al Calvario, resucitó al tercer día.
Estos hombres, los Reyes Magos del Oriente, tres, corno quiere la tradición, son el comienzo y la prefiguración de cuantos, desde más allá de las fronteras del Pueblo elegido de la Antigua Alianza, han llegado y llegan siempre a Cristo mediante la fe.